UN INCENDIO
En el edificio donde vivo, hubo un incendio,
todos salieron acelerados para salvar su vida,
yo y mi familia también lo hicimos,
pero olvidamos a nuestro querido gato Tato.
Vinieron los bomberos para apagar el incendio
yo entre lágrimas les rogué que a Tato lo salvaran.
Un bombero valiente
se conmovió de mis lágrimas,
y arriesgando su vida,
entró al edificio sin importarle las llamas,
y luego bajó a Tato que estaba muy asustado,
él iba junto a su bombero héroe muy abrazado.
Yo abajo, en el pavimento, aplaudía la hazaña,
y esperaba ansiosa a mi pequeño amigo, gato.
El bombero me lo entregó,
y yo secando mis lágrimas le di las gracias.
Tato me miraba con los ojos brillosos
y parecía darnos las gracias
a mí y al bombero providencial.
¡Qué alegría mi Tato estás a salvo!
Gracias a este valiente bombero
que te salvó sin pensar en sí un rato.
¡Viva los bomberos del mundo!
¡Viva los bomberos del mundo!
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
No hay comentarios:
Publicar un comentario