Los países desarrollados,
nos deben la deuda ecológica,
que ya lo dijo el Papa.
¿Cuánto desorden y calentamiento global,
cuántas sequías, terremotos, inundaciones huracanes,
y demás desastres tendremos que soportar?
El daño causado no tiene marcha atrás,
(Los agujeros seguirán creciendo, la contaminación ya hizo mella)
Pero sí podemos amenguar sus daños,
dejar de contaminar.
Por estas deudas nuestros países sus deudas deben condonar.
¿Qué vamos a pagar si ya propiciaron
daños a nuestra tierra, a nuestras familias, a nuestras futuras generaciones?
Deuda ecológica:
nuestros bosques en incendio,
nuestros ríos desbordándose,
enfermedades nuevas y variadas en la gente.
Huracanes de muerte.
Dios mío hasta dónde puede llegar la codicia humana,
¿Hasta dónde el ansia de poder y dominar?
¿Nuestros recursos naturales muertos
nuestro espacio y mar contaminados,
a quién le vamos a cobrar?
Dios mío has un agujero de solidaridad
de responsabilidad en el corazón del hombre.
Con la tierra devastada
nadie va a disfrutar.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas - Perú - derechos reservados
nos deben la deuda ecológica,
que ya lo dijo el Papa.
¿Cuánto desorden y calentamiento global,
cuántas sequías, terremotos, inundaciones huracanes,
y demás desastres tendremos que soportar?
El daño causado no tiene marcha atrás,
(Los agujeros seguirán creciendo, la contaminación ya hizo mella)
Pero sí podemos amenguar sus daños,
dejar de contaminar.
Por estas deudas nuestros países sus deudas deben condonar.
¿Qué vamos a pagar si ya propiciaron
daños a nuestra tierra, a nuestras familias, a nuestras futuras generaciones?
Deuda ecológica:
nuestros bosques en incendio,
nuestros ríos desbordándose,
enfermedades nuevas y variadas en la gente.
Huracanes de muerte.
Dios mío hasta dónde puede llegar la codicia humana,
¿Hasta dónde el ansia de poder y dominar?
¿Nuestros recursos naturales muertos
nuestro espacio y mar contaminados,
a quién le vamos a cobrar?
Dios mío has un agujero de solidaridad
de responsabilidad en el corazón del hombre.
Con la tierra devastada
nadie va a disfrutar.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas - Perú - derechos reservados
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