Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
-la tarde cayendo está-.
"En el corazón tenía
"la espina de una pasión;
"logré arrancármela un día:
"ya no siento el corazón".
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
-la tarde cayendo está-.
"En el corazón tenía
"la espina de una pasión;
"logré arrancármela un día:
"ya no siento el corazón".
Sueña caminos floridos, poeta,
la senda de la vida es agreste y variada;
sueña entre pinos y pasionarias:
las tardes son siempre largas,
al final del camino;
¿Por qué el tiempo se hace frío?
Sin corazón te quedaste, poeta,
por un amor huraño y esquivo.
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
El silencio del campo,
la soledad de los caminos,
revela que tu canto, se hace vida, Antonio,
pues entre rosales y espinas
llegas a la meta;
suenan las piedras del río...
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.
Cuando la tarde se pone oscura
la paz no pierda su cordura,
no agote tus fuerzas, poeta,
que no se nuble el perfumado camino
en el vaho de la desesperanza.
Mi cantar vuelve a plañir:
"Aguda espina dorada,
"quién te pudiera sentir
"en el corazón clavada".
Llora tu cantar,
por la usencia de la amada,
¡Pero, ánimo, mi dulce vate!,
Quizás en el árbol del olvido
ya la encuentres clavada.
En azul Antonio Machado
En fuccia: Edith Elvira Colqui Rojas
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