Balance,
armonía perfecta,
regocijo del alma.
Integridad.
Cuerpo,
mente,
alma.
El espíritu se eleva,
el cuerpo sano,
la mente en equilibrio.
Emociones
controladas.
Echemos las cuentas:
ser magnánimo con uno mismo,
perdonarse, perdonar, aceptarse,
aceptar al otro como es.
Amar
y ser amado.
Lo que hiciste,
y lo que dejaste de hacer.
Todo está bien.
En su momento,
en su lugar adecuado.
El mar celeste de la vida
te sonríe,
tu espíritu ahora está en paz,
en calma...
*Autora: Edith Elvira Colqui Rojas - Perú - Derechos reservados
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