Amado, ¿Por qué me has
condenado
a esta cárcel, como ostra;
sola, oscura y sin vida?
a esta cárcel, como ostra;
sola, oscura y sin vida?
Encarcelada y no puedo salir,
no puedo ver la luz del día,
todo es negro,
negro como sepultura,
¿Cuándo veré la luz?
¿Cuándo saldrá el sol para mí?
Me condenas sin juicio,
sin comparendos,
Soy reo de cárcel, ¡maldita!
Mi delito:
amarte con delirio
mi sentencia:
cien años de olvido.
He de cumplirlos, con resignación
y valentía,
¡Dios mío, para qué habré querido tanto¡
Para qué un día, entregué el corazón entero,
¡Para qué!
¿Es que acaso es delito, amar sin medida?...
Larga es mi agonía, triste mi condena.
Condena que cumplo allá,
en un lejano lugar,
situado
en la ciudad solitaria de mi alma.
Ojalá con los años
pueda por fin olvidarte,
ojalá, tus besos y caricias de mi mente se borraran.
¡Sí, la cárcel del olvido
me ayudará!
Sí, a ti yo te voy a olvidar.
Mi vida nuevamente empezará
y echaré otra vez a volar...
Autora Edith Elvira
Colqui Rojas-Perú-Derechos registrados
No hay comentarios:
Publicar un comentario