Mujer de la casona antigua,
te veo tendida
en ramajes de ensueños y libros.
Arrancándole a la vida
mil poemas de amor.
Arrancándole a la vida
mil poemas de amor.
Pareces dormida
pero tu alma siempre vela,
a su casa amplia y a sus jardines,
y a tus sueños truncados.
Mujer solitaria,
como la utilería fina de plata.
Tatuada, en sueños de grandeza,
perdida en un mundo
inhumano, indiferente.
Mujer solitaria,
como la utilería fina de plata.
Tatuada, en sueños de grandeza,
perdida en un mundo
inhumano, indiferente.
Princesa de piedra,
sin castillos, sin sirvientes.
Siempre sola.
En esa casa grande del vecindario,
a tu esposo se lo llevó el carro de la vida,
nunca tuviste hijos.
Y ahora vives en ese cuadrado sin salida.
Te dejó la juventud,
pero no la sonrisa escondida,
aunque en las noches,
llores a oscuras tu desconsuelo.
Mujer de la casona grande
un día te llevó la vida,
sólo se quedó tu gato,
maullándole al silencio...
*Autora-Edith Elvira
Colqui Rojas -Lima -Perú (derechos reservados)
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