Me quedaré en tu recuerdo
en los aires que respiras,
grabada eternamente,
entre el canto de los turpiales y
en las olas del mar;
en tus papeles, en tu trabajo, en tu soledad...
Me buscarás amor
me buscarás, pero ya no estaré.
Sólo las hojas de mi recuerdo
volarán por tu ventana
levitando...
Me quedaré, en todo lo bello que puedan tocar tus ojos;
en las aves, en las bellas plantas, en el sol radiante.
Mi recuerdo flotará una y otra vez en tu mente
y se dormirá en tu cama.
Me llamarás, me llamarás amor, asustado por la madrugada…
Pero yo ya no estaré.
Me quedaré en todo lo casto y puro:
en una rosa fragante,
en tus deseos profundos,
seré una sombra blanca.
En las mañanas
sentirás mi rostro besar tu alma,
sentirás mi voz,
pero ya no estaré.
Pasarán los años, amor
y nunca mi recuerdo
de tu piel
se borrará.
Y aún en tu lecho de muerte
como estatua alada inerte
en tu recuerdo siempre estaré.
en los aires que respiras,
grabada eternamente,
entre el canto de los turpiales y
en las olas del mar;
en tus papeles, en tu trabajo, en tu soledad...
Me buscarás amor
me buscarás, pero ya no estaré.
Sólo las hojas de mi recuerdo
volarán por tu ventana
levitando...
Me quedaré, en todo lo bello que puedan tocar tus ojos;
en las aves, en las bellas plantas, en el sol radiante.
Mi recuerdo flotará una y otra vez en tu mente
y se dormirá en tu cama.
Me llamarás, me llamarás amor, asustado por la madrugada…
Pero yo ya no estaré.
Me quedaré en todo lo casto y puro:
en una rosa fragante,
en tus deseos profundos,
seré una sombra blanca.
En las mañanas
sentirás mi rostro besar tu alma,
sentirás mi voz,
pero ya no estaré.
Pasarán los años, amor
y nunca mi recuerdo
de tu piel
se borrará.
Y aún en tu lecho de muerte
como estatua alada inerte
en tu recuerdo siempre estaré.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados-copyright ©y safe creative
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