Vengo de una
selva de lágrimas,
con pájaros llorones y jaguares que atacan.
Vengo con el alma destrozada, hecha polvo.
En espinas, en maleza
se engarzó mi corazón
y duelen fieros, cual arpón.
Me defiendo a espadas
a lanzas, a espolones,
Pero su fiereza me derrota y caigo en tercera caída, estrepitosa.
¿Quién dijo que en esta tierra es todo rosa?
¡Quién afirmó que aquí en la tierra, la felicidad es eterna!
La espalda se encorva,
en amargo desencanto,
los ojos se desgastaron en llantos;
la boca enmudeció.
con pájaros llorones y jaguares que atacan.
Vengo con el alma destrozada, hecha polvo.
En espinas, en maleza
se engarzó mi corazón
y duelen fieros, cual arpón.
Me defiendo a espadas
a lanzas, a espolones,
Pero su fiereza me derrota y caigo en tercera caída, estrepitosa.
¿Quién dijo que en esta tierra es todo rosa?
¡Quién afirmó que aquí en la tierra, la felicidad es eterna!
La espalda se encorva,
en amargo desencanto,
los ojos se desgastaron en llantos;
la boca enmudeció.
los brazos cayeron derrotados,
y la selva sigue llorando...
Está deforestada y lluviosa mi selva;
gime por tu partida.
Necesito monitos en esta selva
que me hagan reír,
florecitas silvestres que me alegren,
¡Canto de pájaros jubilosos!
Pero hay dolores que con nada se consuelan,
hay dolores que tienen al alma en pena,
y vagan perdidos en esta espesa selva
y lloran y lloran
en lágrimas
verdes.
Autora: Edith
Elvira Colqui Rojas- Perú -Derechos reservados
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