No abandonemos anuestros padres en la vejez Ellos se llenan de dudas: que si habré sido buen padre, que ¿por qué me tratan así'.Por ello escribí este TAUTOGRAMA:LA DUDA DEL ANCIANO
LA DUDA DEL ANCIANO (Tautograma)
La duda le latía en
los sentidos,
la luz se apagaba,
lenta, lánguida;
¡Los hijos: leña!
La línea lacrimosa corría,
lobo, liebre se volvía;
loco, lampado.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
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