Hoy muerdo los lapiceros de la
decepción.
Hoy me tiendo al sol,
decepcionada y vacía.
Pues no correspondieron a mi amor puro y claro
y hoy estoy aquí varada, acongojada
buscando olvidar...
Di lo mejor que podía, ¡lo juro!
Con paciencia y simpatía
más que infame suerte la mía
¿Cómo iba yo pensar que un día
me iban a tratar así?
Amarga soledad,
amarga vida,
que se teje en el hilo de la decepción.
¿Amores?, ¡Son mentira los amores!
Hay que probarlos en el fuego
decepcionada y vacía.
Pues no correspondieron a mi amor puro y claro
y hoy estoy aquí varada, acongojada
buscando olvidar...
Di lo mejor que podía, ¡lo juro!
Con paciencia y simpatía
más que infame suerte la mía
¿Cómo iba yo pensar que un día
me iban a tratar así?
Amarga soledad,
amarga vida,
que se teje en el hilo de la decepción.
¿Amores?, ¡Son mentira los amores!
Hay que probarlos en el fuego
Para ver si resisten la verdadera
entrega.
Amores los hay muy sinceros,
pero hay otros que no valoran, virtud ni nobleza.
Solo se fijan en el cascarón.
La belleza que se oculta en un alma noble y buena
esa no interesa en este siglo
que todo lo ve sexualidad.
Más sigo creyendo
que todavía existen
amores que amen de verdad:
Amor que comprenda,
amor que no dañe,
amor que comparta.
Amor que busque la felicidad del otro.
Ese amor creo que nunca me decepcionará.
Amores los hay muy sinceros,
pero hay otros que no valoran, virtud ni nobleza.
Solo se fijan en el cascarón.
La belleza que se oculta en un alma noble y buena
esa no interesa en este siglo
que todo lo ve sexualidad.
Más sigo creyendo
que todavía existen
amores que amen de verdad:
Amor que comprenda,
amor que no dañe,
amor que comparta.
Amor que busque la felicidad del otro.
Ese amor creo que nunca me decepcionará.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
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