Fueron madres, fueron esposas o quizás las que decidieron, no
tener familia.
Hoy abandonadas en el silencio de la nada.
En una tarde que envejece sin ver a su familia…
Hoy abandonadas en el silencio de la nada.
En una tarde que envejece sin ver a su familia…
Sus almas lloran,
Sus cuerpos gimen
¿Quién las consuela en gotas de amor no olvidado?
Qué ingrata la vida
¡Qué ingrata!
Dándolo todo. No reciben nada...
El mundo da vueltas
¡Qué sabemos¡
Un día ellas
¡Mañana quizás nosotros!
La familia no es ancla segura
pero si diste amor,
más seguro que amor, recibas.
En asilo lloran las almas en ocaso,
no les duele tanto la vejez, ni el hambre;
como la estocada de tener familia,
y ser abandonadas como rocas.
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos reservados/ copyright ©
No hay comentarios:
Publicar un comentario