El sapo Alfred,
se ha enamorado de la rana Tomasa,
todos los días con su mandolina,
ensaya lindas tonadas para su amada:
Ranita Tomasa
me tienes loquito
enamorado,
¡Cómo barres tu casa!
¡Cómo te pones tus lazos coqueta!
¡Ay, rana Tomasa,
linda criatura,
por tu cariño
yo dejo mi casa!
El sapo Alfred,
se sienta en su silla,
ajusta las cuerdas de su mandolina,
y ensaya su segundo canto enamorado:
Ranita Tomasa,
ranita Tomasa,
cuando te miro el corazón se me acompasa.
La sangre se me alborota,
y se me abrasa.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
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