La tierra se muere,
ya no aguanta tanta contaminación
ni el egoísmo ciego.
No aguanta la falta de agua,
de bosques
ni de recursos.
No aguanta los humos tóxicos que dañan su capa,
se recalienta
y quema... y quema.
La tierra se muere
despidamos al verde
a los ríos cristalinos,
a las mariposas,
a la variedad de peces y flores.
¡Cuánta belleza muriendo señores!
La tierra se muere
y nadie le quiere comprar el cajón
ni siquiera los que la van matando.
El hombre es experto para destruir lo bello,
La ambición le ciega,
la soberbia lo mata.
La tierra está dando sus gritos de auxilio
en los terremotos, cambios climáticos, inundaciones, incendios, huracanes y demás.
¿Por qué esperar ver cadáver para socorrerla?
Si la dejamos sola y no hacemos nada
muy pronto el sol y la luna se apagarán
y quedaremos en oscura tiniebla.
No tendremos agua ni alimentos.
La tierra morirá y con ella,
los hombres que no supieron cuidarla...
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
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