ESTE ES UN ESPACIO POÉTICO LITERARIO PARA COMPARTIR
© SOY UN PEZ SOÑADOR
SOY UN PEZ SOÑADOR
Busco peces con plumas doradas comprometidas, peces con zapatos de tierra... Este poema lo podéis seguir leyendo en las plataformas que siem...
viernes, 31 de agosto de 2018
AMÁNDOTE DESDE OTRA DIMENSIÓN (En vídeo)
Mi poema AMÁNDOTE DESDE OTRA DIMENSIÓN en la voz de Lino Corbacho
Pincha aquí:
https://www.facebook.com/lino.florianocorbacho/videos/10211116241602836/
jueves, 30 de agosto de 2018
ESPERANDO TU AMOR
Esperando tu amor
Esperando tu amor
mis mariposas se durmieron,
esperando tu voz,
un beso una caricia tuya,
el cielo se congeló.
No se puede pedir aves a los
perales
no puede pedir amor al que no
lo quiere dar.
Esperando tus frutales
eternamente no puedo estar.
Yo soy un ser humano que se
hace respetar.
Cargaré mis maletas,
y me iré a otro palomar.
Quizás en otros lares
me sepan amar y valorar,
quizás en otros lugares mi
amor
despierte ganas de besar.
Me voy ya no te esperaré mas,
si no me amas,
tus migajas no voy a
mendigar.
Soy mujer que se hace
valorar.
Migajas, despojos
nunca voy a aceptar.
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos reservados
Cenizas de amor
Del amor floreado y señorial
que me brindaste,
que me brindaste,
hoy solo cenizas muertas quedan.
Del amor en llamas
ardientes fogosas,
solo el humo desganado se huele.
Languidece macilento, el amor
pleno.
Sus alas volaron al lejano
desierto
donde suplicaba por pan y agua
y nadie le tendía la mano.
Yo tampoco.
No lo merecían sus agraces
amargos.
Muerto sin vida se quedará para
siempre.
No hay resucitador que valga
para componer sus respiros.
Ceniza de muerte
tu amor de mentiras vanas.
Amarga ceniza muerta, tu amor de
veleidades.
Ceniza que el viento acabará por
disolver
y no volverá jamás, lo sé.
Sus barcos se alejan,
sus recuerdos estallan en el
vacío.
¡Ya no siento nada por ti!
Tú mataste poco a poco
mis rosales de ternura,
rompiste mi copa de
dulzura
que ilusionada erigí para ti.
Tu gesto adusto de indiferencia
la hizo sucumbir;
rajarse en mil pedazos.
Ya no tendrás sus besos de
albura,
ya no sentirás sus lozanas
pieles
ni sus caricias peras maduras.
Olvidadas muertas y sepultadas
quedaran sus fauces.
Ya no estarán en mis cuadernos
de recuerdos
tus embelesos.
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos reservados
miércoles, 29 de agosto de 2018
MI CANTO
Yo solo sé cantar entre pájaros y vientos.
Mi rosal florece contento
en la voz del desvalido
y en un jardín pacificado.
Yo solo sé ver de las rosas
sus pétalos vivaces
¿Para qué perder el tiempo
mirando sus hojas caídas ya
muertas?
Yo no pinto paredes de
sangre,
no me gustan esas pinturas
en mis murales.
Yo no puedo ver otros
cielos que no sean los celestes
ni posarme en otros árboles
que no sean de amor.
Corre el
río por la ladera
lavando a
su paso
lo malo,
lo ruin.
Corre la
voz de mis versos,
lavando
las penas,
agitando
nuevas esperanzas.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú/Derechos reservados
La mariposa Azul (cuento)
Había una mariposa azul que volaba por los jardines inquieta y apesadumbrada pues en verdad ella era un hada hermosa que había sido convertida en mariposa por que la bruja Inelda le tenía envidia y la había sentenciado a vivir volando entre las flores del bosque encantado y muy triste volaba llorando su cruel destino pues extrañaba a sus padres.
Un día se encontró con una cigarra que le pregunto por qué estaba tan triste y ella le contó su historia y la cigarra prometió ayudarla para deshacer el hechizo de la bruja.
Y es así que a la mañana siguiente la cigarra fue a la casa de la bruja malvada y le robó su brebaje para deshacer el hechizo de Inelda y al fin la mariposita al beberla volvió a ser la hada azul hermosa que siempre fue.
Muy alegre volvió a su casa a reencontrarse con sus padres quienes la recibieron con los brazos abiertos y vivieron muy felices.
Cuando el hada azul se convirtió en adulta se casó con el príncipe de las espuelas doradas muy codiciado por todas las jovencitas pero que decidió desposarse con ella por ser muy bella y tener un corazón muy noble y así vivió con el príncipe y sus padres en su castillo encantado.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-derechos reservados
Morir de amor (Soneto con estrambote)
Cruel
condena es morir de tanto amor
es vivir en
constante desventura,
sin gozar de
los cielos su dulzura,
libando las
espinas del dolor.
No sentir de la vida su sabor,
extrañando
tus brazos de ternura,
y tus
palomas blancas de dulzura,
Es vivir olvidada,
¡mi señor!
El mundo ya no tiene el mismo brillo
y cantan los
turpiales en tristeza
ansiando de
tu cuerpo su regreso.
Necesito de ti mi pajarillo,
apagar
soledad y la rudeza
en la fogosa
llama de tu beso.
Llevo tu
nombre impreso,
muriendo
estoy por ti mi blanco lirio;
necesito
tus flores con delirio.
Autora:
Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados/ copyright ©
martes, 28 de agosto de 2018
DIVINO ES EL AMOR
Divino es el amor.
Divinas sus fuentes y vertientes,
divinos sus manzanos y orquídeas excitantes.
Divinos sus coloridos ropajes garbosos.
Divino
es el amor,
divinas
son sus alas
cristalinas
damas
que
nos hacen volar.
Divino
es el amor
Que
lo transforma todo
en
flores de felicidad.
Divina
su magia
Que
nos hace soñar y soñar.
Mi
amor divino eres tú:
Divino
tus ojos,
divina
tu boca,
divino
tu cuerpo,
divina
tu piel en mi piel.
divino
el perfume de tu aliento
divinas
las primaveras de tu sol.
¡Oh
divino y dulce amor!
Cúbreme
toda entera con tus hojas de ternura y bondad.
Te
he reservado veranos de plata en mi maizal,
¡Cuántas
luces de armonía
regalas en
mi balcón!
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
Anclada en tus delicias (Octavas italianas)
Anclada en el corcel de tus delicias,
prendida
en el bajel de tu mirada,
siento
latir mi tela enamorada,
en la
blanca alborada de mi ser.
Quisiera
que este sueño no fenezca,
que
reverdezcan siempre sus ternuras
en tus
frutales frescos de dulzuras,
y en tu
exquisita luz de amanecer.
Siento en ti el universo enamorado,
en tu beso el dulzor de tus jarrones,
esfumarse muy lejos mis
razones,
y viajar extasiado el
corazón.
No, ya nada me importa
sin tus hojas
sin los rayos alegres de
tu sol,
y sin esa calidez de tu
farol,
¡Quiero embriagarme en
ti, plena en pasión!
La octava italiana u octava aguda, creada por Salvador Bermúdez de Castro y por ello llamada a veces bermudina, es una estrofa que se compone de ocho versos de arte mayor, que suelen ser endecasílabos, eneasílabos o decasílabos, y con rima consonante, según el esquema (11-,11A,11A,11B';11-,11C,11C,11B').
lunes, 27 de agosto de 2018
Corona de espinas
Corona de espinas
que se bate en la cabeza de los pobres y desposeídos.
Corona en sangre
que gota agota se derrama.
Corona de espinas son sus estómagos crujiendo de hambre
sus cuerpos enfermos
y siempre jalando el coche de sus salarios paupérrimos.
Corona de espinas es la sed de ser libres
permaneciendo explotados.
No poder decir la verdad
aunque brille como el sol ante sus ojos.
Corona de espinas tienen los niños del África en sus huesos.
Corona de espinas tiene la madre que llora un hijo muerto.
Corona sangrante,
la del preso y del anciano abandonado.
Coronas punzantes
la del inmigrante, la de los niños aterrados en guerras.
Mar de coronas de espinas
son los no nacidos.
Ellos que no hicieron nada
con corona llagada en muerte
al matadero son llevados.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
Hermano Inmigrante
Hermano inmigrante
¡Cuánta lágrima partida y estómago vacío
en tu corazón exiliado!
¡Cuánta muerte de hielo frío
atravesando tus huesos!
Dejando tu madre patria vagas perdido
en busca de nuevos horizontes.
Te espera la boca furiosa de la incertidumbre,
las espinas de la discriminación, la pobreza
y la explotación insana.
La guerras,
las malas políticas internas,
el hambre,
te alejan de tu terruño,
y tú mas solo que piedra en desierto,
asumes el reto.
¡Cuánto dolor escurriéndose entre tus dedos!
¡Cuántas dagas lacerando tu dignidad de ser humano!
Nadie pone la espalda,
para cubrir tus carencias,
nadie vela por nadie en este mundo dividido.
Inmigrante bate tus alas no cortes tus vuelos,
lucha con tesón en esta nueva tierra,
brega por tus hijos, por tu familia por el nombre de tu nación.
Fuerza, ánimo, vigor hermano exiliado.
Una mano blanca siempre aparece.
Que no se pague la luz de la esperanza en tus ojos cansados.
El niño Dios que también fue inmigrante en Egipto
acompañe tus pasos.
Autora Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
TODO ES ENGAÑOSO
Todo es engañoso
Todo en esta vida es engañoso, vacuo y vacío;
el dinero, la fama, los
honores, la diosa belleza.
Nada existe sin origen:
no existe el hijo sin la
madre,
ni la madre sin su propia
madre.
No existe el sol sin el
cielo.
El mar sin agua.
La vanidad sin los aplausos y
loas.
No existe el amor sin los
enamorados.
El mundo no existe ya para el
que se va a la tumba.
Lo que es vida hoy mañana da
de beber muerte.
Tú no existes
¿Quién te engaño que eres
todo, que lo sabes todo?
Mañana vendrá la muerte y
desparecerás de esta tierra.
Nadie tiene el ser por sí
solo.
Porque nadie se ha creado así
mismo.
Recuerda,
somos solo humo y polvo
sin el ser que nos dio el
aliento de vida
la vida es solo soplo.
Venimos de un Dios de amor
Venimos de un Dios de amor
Solo con él somos, nos
movemos y existimos.
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos reservados
LOS ESPEJOS DE MI OTOÑO
En los
espejos del otoño de mi vida
puedo
ver sus hojas secas caídas,
¡Y me
asalta la voz de la nostalgia!
¡Cuánta
vida derramada
en mis
praderas juveniles!
¡Cuántas
alegrías floridas!
¡Cuántas
penas purpurinas!
Mis
pasos lentos cansados
van
camino a su descanso
pero
en sus riberas tranquila avanzo.
Supe
guardar mis canastos
para
esta etapa de cabelleras largas.
¡No,
no me quita el sueño
sus
relojes caballos galopantes!
Ni los
surcos que se dibujan en mi frente,
¡Ni
siquiera mi salud macilenta!
En mi
otoño relajada descanso
en sus
hojas ocres y anaranjadas,
pues
aprendí a vivir la vida
en
alanza de equilibrio.
Aprendí
a no
inquietarme por lo que no puedo cambiar.
A
asumir el peso de los años con hidalguía.
Ah, mi
gentil otoño, yo te diviso
sentada
en el banco sereno de la espera;
te
saludo con mis manos muy alegre
y con
el alma pacificada en tus designios.
Mi
otoño hospeda en mí su cuerpo aquiescente.
Yo lo
recibo con un ramo de flores
y
mirándolo de frente.
¡Los
años no han pasado en vano!
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú Derechos
reservados
Suscribirse a:
Entradas (Atom)