Anclada en el corcel de tus delicias,
prendida
en el bajel de tu mirada,
siento
latir mi tela enamorada,
en la
blanca alborada de mi ser.
Quisiera
que este sueño no fenezca,
que
reverdezcan siempre sus ternuras
en tus
frutales frescos de dulzuras,
y en tu
exquisita luz de amanecer.
Siento en ti el universo enamorado,
en tu beso el dulzor de tus jarrones,
esfumarse muy lejos mis
razones,
y viajar extasiado el
corazón.
No, ya nada me importa
sin tus hojas
sin los rayos alegres de
tu sol,
y sin esa calidez de tu
farol,
¡Quiero embriagarme en
ti, plena en pasión!
La octava italiana u octava aguda, creada por Salvador Bermúdez de Castro y por ello llamada a veces bermudina, es una estrofa que se compone de ocho versos de arte mayor, que suelen ser endecasílabos, eneasílabos o decasílabos, y con rima consonante, según el esquema (11-,11A,11A,11B';11-,11C,11C,11B').
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