Batalla contra mí misma

Hoy libro la batalla más fiera de mi vida,

 la más encarnizada:

La batalla contra mí misma.
Es una batalla feroz, cuerpo a cuerpo, 

con espadas, con lanzas
contra mis impulsos, contra mis sentimientos
que amenazan con derivar mis sueños;
pero me levanto arremetida y no dejo que mis complejos,
mis miedos y mis limitaciones trunquen mis esperanzas.


Me defiendo a espolones,
en mis barcos huyo,

 ante la arremetida de mis enemigos internos;
que son muchos,

quieren que sucumba, que muera,

 que me dé por vencida.


La lucha contra uno mismo dura toda la vida,
nos la pasamos librándola,
algunos la ganan, otros librándola mueren.
¿Quién se conoce bien?
¿Quién es el propio juez de sí mismo?
¿Quién sabe lo que hay dentro de nuestro corazón
si no sólo nosotros?
Las batallas contra uno mismo hay que saber librarlas,
tener estrategias.
Son batallas necesarias 
para ser mejores seres humanos.
Si nos dejamos vencer,
si nos sentamos y no luchamos,
pensaremos que todo lo que hacemos está siempre bien,
quedaremos estancados 
e iremos al panteón de los necios.

Qué difícil es reconocer errores,
qué difícil aceptarlos.
El que reconoce su pequeñez
vive en la realidad,
sabe cómo es
pues el hombre es nada, es ser falible, imperfecto;
y al reconocer esto
ya está ganando media batalla.

La parte final es cuando reconocemos
y enmendamos.
Esta batalla contra mí misma es pesada, es dura, es enérgica y extenuante.

Pero es necesaria, ¡No se admiten las retiradas!
Ojalá nunca la rehúya y todos los días la libre con honor, con valentía
y humildad.

Y aunque pierda la vida,
en el intento de ganarla,
obtendré un corazón pulido

y un alma pacificada y noble.

Batalla contra uno mismo,
quien logre vencer,
encontrará sabiduría,
descanso del alma

y solaz.

*Autora: Edith Elvira Colqui Rojas - Perú-derechos reservados