MADRE, TU SOL NO
SE SECA
Madre, tu sol no se seca;
brilla más que nunca
en la casa de antaño en que me viste
crecer.
¡Allí se respira tu nombre a cada
instante!
Madre tu mundo quedó estático en mi
tierra,
tus alas se ven, cerca, muy cerca de
aquí.
Madre tus enseñanzas oro pulido,
las llevo labradas,
dentro muy dentro de mí.
Madre, tus pasos de fuego
queman profundo en mi corazón
y a veces... me hacen llorar.
¡Oh, madre santa!
Agosto
se llevó tu nombre;
ya no amasas el pan del amor
en la casa del ayer.
Miro, tus ojos cansados,
Toco, tu risa, en el parque donde jugaba
con mis hermanos
y dónde tú, nos vigilabas:
¡Pero hijos!
Madre,
acomoda tus espaldas en mi silla de
amor,
pinta caravanas de besos en mi cara,
¡Hoy, los necesito tanto!
No, madre, no dejes que te lleven,
¡Hoy te necesito aquí!
Madre deja tus maletas en mi cuarto,
todavía quedaron en el tintero
muchos besos que no te he dado.
Madre vuelve con tus cantos de ternura y
paz.
¡El mundo de hoy está convulsionado!
Necesito ver tu mano amiga
por todos lados.
Madre tú vives,
¡Tan nítida en mi ser!
Yo nunca, nunca te voy a dejar de
querer.
Tu nombre, en mí siempre va a
florecer...
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos reservados©
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